<%@LANGUAGE="VBSCRIPT" CODEPAGE="1252"%> La Clínica Garaulet

Ingesta abundante de cereales y legumbres
Verduras en alta proporción
Mucha fruta
Aceite de oliva como principal fuente de grasa
Bajo consumo de productos lácteos (generalmente yogures y quesos)
Alimentos cárnicos en poca cantidad: alto consumo de pescado y legumbres como fuente proteica
Consumo de vino en cantidades moderadas y durante las comidas

Bajo consumo de productos lácteos.

Una de las principales características que diferencian los hábitos alimentarios de los países mediterráneos de los anglosajones, es el bajo consumo de productos lácteos en los primeros y la elevada ingesta en los últimos. A pesar de que los alimentos lácteos son necesarios para una adecuada consecución de calcio, su consumo no debe superar al de 2 a 4 raciones diarias, dependiendo de los grupos de población. En muchos países anglosajones se sustituye la fruta de postre por alimentos lácteos, o incluso ingieren grandes cantidades de leche durante las comidas, mientras que los mediterráneos suelen beber agua. Una ingesta excesiva de alimentos lácteos conlleva un consumo excesivo de grasas saturadas y por tanto un aumento del riesgo de obesidad y de dislipemias. Es por ello que una dieta de adelgazamiento no debe de presentar más de 2-4 raciones del grupo de los lácteos al día, y éstas deben ser semidesnatadas o desnatadas, si no queremos sobrepasar el·30% de las calorías de la dieta en forma de grasas.

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