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Y ahora en el 2015, muévete

Si eres de los que no tienen ningún atuendo deportivo en el armario, de los que cogen el coche para comprar tabaco en el estanco de la esquina, o de los que después de 8 horas sentados en la oficina pasan al sofá de su casa frente al televisor, está claro que eres una persona sedentaria. Si por lo contrario, vas caminando siempre que puedes prescindir del coche, tu trabajo requiere de cierto esfuerzo físico o realizas algún tipo de ejercicio al menos una vez por semana, se te puede definir como una persona activa.

Y es que efectivamente el grado de actividad va a ser definitivo en tu peso corporal, en las calorías que puedas ingerir, en la pérdida de peso y lo que es más importante, en tu mantenimiento. Si sigues realizando una actividad física después de alcanzar tu meta te será más fácil mantener tu nuevo peso  tras una dieta de adelgazamiento.

Todo cambio que realices en tu actividad física durante un corto periodo de tiempo no te servirá de mucho, pues el día que abandones el ejercicio físico se producirá un importante efecto rebote en tu organismo. Antes de plantearte realizar algún cambio respecto a tu actividad física, te recomiendo que pienses si serás capaz de realizarlo durante toda la vida. Si esto te parece excesivo piensa únicamente en los próximos tres años. Si no va a ser así, no vas a se capaza de mantener este tipo de actividad, te aconsejo que el cambio sea menos radical pero más constante, ya que con seguridad será más efectivo.

Un error muy común entre las personas que comienzan una dieta es proponerse ir a correr todos los días, o también comprarse una bicicleta estática, que puede acabar arrumbada en el cuarto de la plancha. Es cierto que al inicio de una dieta la ilusión mueve montañas y puede ser un momento para plantearse ser más activos. Pero si no mantienes esa actividad durante un tiempo prudencial puede quedar en eso, en una ilusión.

Te recomiendo que comiences realizando actividades fáciles de incorporar en tu vida, como subir y bajar escaleras, ir andando a tu trabajo o darte largos paseos a un ritmo moderado. Y sobre todo, plantéate que al menos durante los seis primeros meses de tu mantenimiento, una vez alcanzada tu meta, es cuando realmente puedes incrementar el ejercicio físico. Te ayudará a evitar el rebote y a mantener tu peso.

Marta Garaulet Aza

Directora Centros Nutrición Garaulet

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